jueves, 28 de febrero de 2013

Notas del MWC: sistemas operativos

Firefox OS puede ser la estrella nueva, pero más allá de las buenas vibraciones su historia solo acaba de comenzar

El MWC de Barcelona, ya consolidado como el gran evento global del sector junto con el CES de Las Vegas, aprovecha su alcance para dar a conocer buena parte de las novedades que interesan a los diversos profesionales de la movilidad, aunque con una excepción siempre notoria: la de Apple, que como siempre prefiere sus propios eventos para comunicarse con el público, hasta el punto de que ni contempla tener un lugar dedicado en el MWC. Lleva camino parecido, aunque con menos ínfulas por ahora, Samsung, que ha aprovechado el evento de Barcelona para repartir invitaciones para una presentación para el 14 de marzo de su teléfono Galaxy S4. Los asesores externos de marketing de estas multinacionales probablemente ven mejores perspectivas de facturación propia, mayor control del entorno y tal vez mejor acceso a los titulares en un acto fuera de certamen. Ellos sabrán.

Los sistemas operativos son, junto con los dispositivos, las tradicionales estrellas. El fetichismo consumista del público hacia los aparatos tiende a ser irresistible, y los sistemas operativos han adquirido un papel extremadamente relevante a la hora de configurar la experiencia de usuario. Y en estas se presenta Firefox OS, el sistema derivado directamente de la tecnología HTML5, la gran promesa de un Internet -fijo y móvil- más flexible, más potente y menos dependiente de las app ligadas a un sistema operativo: un entorno, en definitiva, donde casi todo gira en torno al navegador y sus extensiones.

A partir de estas premisas, un grupo de operadores de telecomunicaciones entre los que se halla Telefónica se ha asociado con la Fundación Mozilla, promotora del navegador Firefox, y ha dado lugar al Firefox OS, el primer sistema operativo HTML5 100%. Se trata de construir un ecosistema, una plataforma tecnológica alternativa a las existentes en el mundo móvil y que a la larga -muy a la larga- pueda dar la batalla a los dos grandes: Google-Android y Apple-iPhone/iPad. El proyecto juega con dos grandes bazas: el apoyo de los operadores de redes y el atractivo que supone para los desarrolladores la oferta de un sistema abierto.

Los operadores de redes están perdiendo la partida de la movilidad, condenados a vender ancho de banda, cada vez más y cada vez más barato. Han permanecido demasiado tiempo en su mundo de jardines vallados, tienen dinero para analizar el entorno y saber lo que se les viene encima y desean situarse en un contexto más favorable. Un entorno en el que, tal vez, puedan participar en el gran negocio de las aplicaciones, servicios y contenidos de los app store; y un entorno en el que, sobre todo, puedan, aunque solo sea de vez en cuando, tratar de tú a tú a los dos peces gordos de California que marcan el paso de los servicios que han de ofrecer, y que encima están detrás del diseño de los teléfonos que todo el mundo desea, unos teléfonos que sus clientes desean comprar a los precios más bajos posibles, y si puede ser a través de la factura telefónica. El impacto de los subsidios de los operadores a la compra de aparatos amenazaba con llevarse buena parte de sus beneficios, y por ello desde 2012 Telefónica y Vodafone en España han cambiado de estrategia.

Los actuales actores alternativos a Google-Apple no dan el pego: Blackberry ha tardado, tal vez demasiado, en aceptar la supremacía de la navegación Web y de las interfaces multitáctiles; Microsoft... ¿Microsoft? Tardón, errático, con un sistema tal vez bien concebido pero poco creíble para los usuarios.
Por todo eso es tan importante para Telefónica, y para el grupo de operadores que le siguen en la alianza, que Firefox OS salga bien. El elenco de operadores es impresionante: Sprint, Hutchinson, América Móvil, Deutsche Telecom, China Unicom, KDDI, Telecom Italia.. 18 por ahora. El proveedor de chips que se ha comprometido es tan solvente como Qualcomm y su SnapDragon. Y en Barcelona se han presentado tres fabricantes de teléfonos importantes que se apuntan a la aventura: los chinos de ZTE, más Sony y LG, tres marcas sin sistema de referencia que están con Android aunque no son líderes en el segmento, y que no ven su futuro en la plataforma Windows 8/RT, dominada por Nokia.

El turno es ahora de los desarrolladores, una comunidad dispersa que tiene desde hace años a la tecnología HTML5 en su agenda de cosas pendientes: según un estudio de la consultora Vision Mobile, los desarrolladores desean trabajar en aplicaciones HTML5, y prefieren hacerlo en esta tecnología antes que basados en plataformas como Blackberry o Windows 8. Además, Firefox OS confía en poder ofrecer aparatos más baratos con prestaciones altas. Puede ser suficiente para empezar y ganar cuota de mercado en países en desarrollo, pero es probable que en una fase posterior sus usuarios no se conformen con menos prestaciones que los mejores.

LG y WebOS

La otra gran aparición en sistemas operativos de este MWC se llama WebOS, así que estamos hablando de una resurrección. El sistema operativo de Palm-HP, que esta última empresa no se atrevió a desarrollar a fondo, renace adquirido por LG como sistema para televisión. ¿Un sistema operativo para televisores? Pues sí. La convergencia es implacable: los ordenadores personales, los tablet y los smartphone hacen a menudo las veces de un televisor, y la consecuencia lógica era que los televisores también convergieran. Los aparatos que se venden hoy día están en su mayor parte listos para conectarse a Internet de uno u otro modo. En sus versiones más sofisticadas, estas pantallas disponen de  aplicaciones y pueden descargarse otras nuevas desde la red. Son los primeros compases de otra nueva plataforma, la de los televisores inteligentes, de gran potencial comercial y donde está casi todo por definir. LG es un actor importante en el sector de la antes llamada línea marrón y así juega sus bazas con una tecnología que funcionaba en móviles y que habrá que hacer viable en televisores.

La otra gran novedad pendiente para este año, que parece que no va a aparecer en el MWC, se llama Tizen. El sistema operativo de Samsung-Intel con el que los coreanos quieren superar las limitaciones de Bada, su sistema propietario para featurephones -digamos que smartphones de gama media-baja-, y que pretende recoger lo mejor de MeeGo, la joya tecnológica elaborada por Nokia-Intel que la empresa finlandesa no se atrevió a lanzar.
En todo caso, los que seguimos este sector del mercado no podemos quejarnos de lo que da de sí el MWC este año, porque las noticias son importantes.

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