Bezos es más que un visionario, Amazon mucho más que una tienda y el Washington Post puede ser el inicio de un estrategia nueva en la convergencia de medios y dispositivos móviles
He estado demasiado tiempo sin atender a este blog, y he tardado más de lo debido en reaccionar ante un movimiento que me parece -luego habrá que ver que dan de si los acontecimientos- prometedor. Jeff Bezos, fundador y principal dueño de Amazon, ha comprado el Washington Post, uno de los emblemas de la prensa escrita más reputados. Tres protagonistas en juego, pues.


Como tantos otros triunfadores en el mundo .com, lo de Amazon no tiene nada de casual, como puede comprobarse en esta entrevista de 1997 con Chuck Severance, catedrático de la Universidad de Michigan y uno de los académicos que mejor ha estudiado la historia de Internet. Hace tres lustros un jovencísimo Bezos lo tenía claro: nadie mejor que el comercio online para manejar la distribución de una familia de contenidos tan heterogénea como el libro, con varios millones de referencias diseminadas por todo el mundo. Su reto ha sido en un primer momento ser fiel a ese propósito.
Pero ya no estamos ahí. En todo ese tiempo Amazon no se ha limitado a crecer: se ha transformado en otra cosa: es una tienda en la red, pero ya no vende solo libros y discos sino casi cualquier cosa, e incluso posibilita que compremos a través suyo en tiendas de la competencia. ¿Ha sido el primer ejemplo de convergencia entre comercio electrónico y conceptos de red 2.0? Expertos como Timmers (1998) opinan así. Amazon es una tienda, sí, pero se ha convertido, también, en un agregador, una herramienta para vincular consejos, referencias, indicaciones, enlaces... Pero la evolución mediática en la era digital no se detiene, hasta el punto de que especies que nacen como una cierta cosa se transforman, a lo largo de su vida, en criaturas distintas. Así, al agregador se le brinda en el ecosistema digital la posibilidad de ascender escalones en la cadena de valor del negocio del contenido, para pasar a convertirse directamente en productor, como relata Clayton Christensen

En esa estrategia de convertirse en productor-distribuidor de contenidos, Amazon se ha aventurado primero en el terreno de los dispositivos móviles conectados, desde sus primeros Kindle hasta la última generación de Kindle Fire con pantalla HD. Primero se trataba de facilitar un mínimo de conectividad para poder adquirir productos de Amazon en los cinco continentes. Posteriormente, el Kindle Fire se hizo wifi y habitó entre nosotros con un navegador de nueva generación, el Sylk, más rápido que el resto, y con un grado de integración funcional con la nube desconocido en cualquier dispositivo parecido contemporáneo. La tecnología del Kindle ha convergido con el Android en todo menos en lo que más le interesa a Google: el acceso a Google Play Market. Los aparatos de Amazon compran... en Amazon, y solo en Amazon.


Alguien ha escrito estos días que la compra de diarios estadounidenses por Rupert Murdoch es preferible que la entrada de Bezos en el Washington Post, porque el primero forma parte del sector mediático y el segundo, no. ¿De verdad puede sostenerse a estas alturas que Amazon no forma parte del sistema universal de cultura-entretenimiento-medios en la misma medida que NewsCorp, Prisa, Google, Apple o Facebook, por poner algunos ejemplos?
Tal como están las cosas, pocos actores se hallan en mejor posición para explorar las posiciones de convergencia de negocio entre la prensa escrita, sus espacios web y los dispositivos móviles de todo tipo -tablet, teléfonos, ciberlibros, cámaras...- como lo estarían Amazon y el Washington Post si se lo propusieran. Ojalá que acierten, ojalá que se les ocurran nuevas vías para hacer del periodismo una actividad económicamente sostenible para las empresas y una profesión con la que los comunicadores puedan sustentarse honorablemente en el más extenso sentido del término.
Tal como están las cosas, pocos actores se hallan en mejor posición para explorar las posiciones de convergencia de negocio entre la prensa escrita, sus espacios web y los dispositivos móviles de todo tipo -tablet, teléfonos, ciberlibros, cámaras...- como lo estarían Amazon y el Washington Post si se lo propusieran. Ojalá que acierten, ojalá que se les ocurran nuevas vías para hacer del periodismo una actividad económicamente sostenible para las empresas y una profesión con la que los comunicadores puedan sustentarse honorablemente en el más extenso sentido del término.
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