El Internet de la cosas nos trae cambios tan radicales como los que llegaron con la Web
No resulta fácil para los que estamos fuera del núcleo de expertos que trabajan en el asunto imaginar cómo un Internet a base de objetos inanimados puede transformar nuestra relación con los contenidos, pero parece claro que su impacto en nuestras vidas va a ser notorio, más allá de aplicaciones en domótica o de recursos para controlar a distancia el comportamiento del ganado. Ahí tenemos aportaciones como el interesantísimo artículo de Sue Tabbitt que nos explica cómo una multinacional de los licores como Diageo ha trabajado en el asunto. Para ello hacen falta empresas como Evrything, que han hecho de la creación de herramientas para vincular contenidos y objetos su razón de ser. Así, una bicicleta puede convertirse en un repositorio de mapas, o una botella puede contener una dedicatoria de quien nos la regala. Para ello hace falta inicialmente dotar de identidad a cada objeto, algo que están comenzando a hacer en Diageo. Basta pensar un poco en qué uso podría tener, por ejemplo en el campo de la publicidad, para darnos cuenta de lo que viene.
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